La seguridad ante todo
El sesgo hacia la movilidad de alta velocidad, la eficiencia del tráfico y el espacio en las calles para los coches ha hecho que muchas de nuestras calles sean inseguras para peatones y ciclistas, lo que puede presionar a más personas a utilizar el coche en un esfuerzo por proteger su seguridad. Este círculo vicioso perpetúa aún más tanto la congestión del tráfico como la probabilidad de muertes de peatones y motoristas.
La preocupación por la seguridad derivada de la percepción del riesgo de delincuencia es otro factor que hace que las personas sean menos propensas a caminar y más propensas a recurrir al uso del automóvil. La atmósfera de nuestros paisajes urbanos y el diseño práctico de las calles pueden influir tanto en la incidencia de la delincuencia como en la medida en que la gente teme la posibilidad de que se produzca. Por lo tanto, en términos de seguridad frente al tráfico y la delincuencia en Main Street, el transporte y las calles sí importan.