Lecciones sobre el fortalecimiento de las comunidades de Next City Vanguard | Main Street America
Lisa Mullins Thompson se toma un selfie con otros participantes en la conferencia

Lisa Mullins Thompson viajó a Lexington, Kentucky, para asistir a la Conferencia Next City Vanguard. Lisa Mullins Thompson

Cuando me seleccionaron para participar en la Conferencia Vanguard 2024 Next City en Lexington (Kentucky), me sentí emocionada y honrada por la oportunidad de profundizar en el trabajo que me apasiona: ayudar a las comunidades a prosperar. El programa Vanguard, conocido por reunir a líderes urbanos apasionados de todo el país, es un espacio en el que las ideas fluyen libremente y las soluciones prácticas están en primer plano. Fue una semana llena de aprendizaje, inspiración y reflexiones sobre la construcción de lugares más fuertes y resilientes en los que todos tenemos un papel que desempeñar.

El trabajo de Main Street America se cruza con muchos de los temas que traté durante Vanguard: resiliencia comunitaria, liderazgo y búsqueda de formas innovadoras de afrontar los retos actuales. La experiencia reforzó muchas de las lecciones que he aprendido e introdujo nuevas ideas y perspectivas que darán forma a mi trabajo en el futuro.

Gente sentada en una mesa al aire libre disfrutando de una comida fresca de la granja a la mesa

Los participantes compartieron ideas mientras disfrutaban de una cena en el Jardín Comunitario London Ferrell. © Lisa Mullins Thompson

Resiliencia y adaptabilidad de las comunidades

Mi experiencia en Vanguard puso de relieve que la resiliencia está en el corazón de toda comunidad próspera. Tanto si se trataba de líderes urbanos que compartían historias sobre la revitalización de espacios abandonados como de comunidades rurales que encontraban formas innovadoras de superar los retos económicos, el mensaje era claro: las comunidades fuertes se construyen sobre la base de la capacidad de adaptación.

Este tema de la capacidad de adaptación me resonó profundamente, sobre todo porque trabajo con muchas ciudades pequeñas que se han enfrentado a transiciones difíciles debido a recesiones económicas, cambios en la población o problemas medioambientales. Escuché historias sobre comunidades que responden al cambio climático, integran prácticas sostenibles y se recuperan de catástrofes. Estas experiencias pusieron de relieve lo importante que es para pueblos y ciudades por igual ser ágiles, planificar para lo inesperado y capacitar a los líderes locales para responder creativamente al cambio.

El poder del liderazgo local

Otra enseñanza clave de esta experiencia fue lo esencial que es que el cambio surja del interior de una comunidad. Demasiado a menudo pensamos que el liderazgo es algo que ocurre en las altas esferas: decisiones tomadas por personas alejadas de la realidad de un lugar. Pero el cambio real y duradero se produce en las bases, cuando las personas que conocen personalmente sus comunidades asumen el liderazgo.

Este enfoque en el liderazgo local encaja perfectamente con lo que pretendemos en Main Street America. Trabajamos estrechamente con líderes locales que están profundamente comprometidos con sus comunidades, ayudándoles a obtener las herramientas y los recursos que necesitan para impulsar un cambio positivo. Me recordaron que las iniciativas de mayor éxito proceden de quienes están más cerca de los problemas. Reforzó mi convicción de que potenciar las voces locales para impulsar el liderazgo es fundamental para el éxito a largo plazo.

La narración como herramienta de conexión

Esta experiencia también me recordó el poder de contar historias. Una y otra vez oímos cómo las comunidades utilizan las historias para salvar distancias, celebrar historias diversas y construir un sentimiento compartido de identidad. Esto resonó especialmente cuando visitamos el Berea College y recorrimos los archivos de Bell Hooks. Los archivos conservan el legado de una de las pensadoras más influyentes de nuestro tiempo, que escribió con fuerza sobre raza, género y clase. Lo que me pareció tan inspirador de esta visita fue cómo ejemplificaba la importancia de contar las historias que a menudo se pasan por alto o se marginan. 

Cada ciudad y cada barrio tienen su propia historia, y esas historias son a menudo lo que une a la gente. Durante Vanguard, escuché innumerables ejemplos de comunidades que utilizan la narración de historias para fomentar el orgullo, generar confianza e inspirar la acción. Desde la recopilación de historias orales hasta la celebración de las contribuciones de grupos infrarrepresentados, la narración de historias es una forma poderosa de crear una visión compartida para el futuro.

Un grupo de personas escucha a dos ponentes que comparten información en un taller de reparación de bicicletas.

Los asistentes visitaron Broken Spokes, una organización sin ánimo de lucro dedicada a mejorar el acceso en bicicleta. © Lisa Mullins Thompson

Colaboración y conexión

Uno de los aspectos más estimulantes del programa Vanguard fue la sensación de conexión y colaboración que se respiraba en todas las conversaciones. Fue un recordatorio de que, por muy diferentes que parezcan nuestras comunidades, todos trabajamos por un objetivo común: crear lugares donde la gente pueda prosperar. Los 40 participantes, procedentes de ciudades y pueblos de todo el país, aportaron sus propias experiencias y conocimientos. El espíritu de colaboración era contagioso, y quedó claro que las mejores ideas suelen surgir cuando se unen voces diversas.

El programa Rural Urban Exchange(RUX) ejemplifica este espíritu de colaboración. Al reunir a líderes de las comunidades rurales y urbanas de Kentucky, RUX ha contribuido a romper compartimentos y a fomentar relaciones significativas más allá de las diferencias geográficas y culturales. Se trata de un modelo que podría aplicarse en otros lugares donde la reducción de las diferencias -rurales, urbanas, económicas o culturales- puede crear comunidades más fuertes y resistentes.

Esperanza y posibilidad

Por último, el programa Vanguard me hizo sentir increíblemente esperanzada. Es fácil sentirse abrumado por los retos de nuestras comunidades -desigualdad económica, cambio climático, divisiones sociales-, pero esta semana en Lexington me recordó que muchas personas están trabajando para crear soluciones. La energía, la creatividad y el compromiso de los líderes que conocí reforzaron mi convicción de que el cambio positivo es posible y ya está ocurriendo.

De cara al futuro, me entusiasma la idea de aprovechar las lecciones aprendidas en el programa Vanguard y aplicarlas a mi trabajo en Main Street America. Desde el poder del liderazgo local hasta la importancia de la narración de historias y la colaboración, estos temas me guiarán mientras continúo apoyando a las pequeñas ciudades y a los distritos comerciales de barrio en sus esfuerzos de revitalización. La experiencia me recordó que siempre hay una oportunidad para innovar, adaptarse y crecer, incluso ante la adversidad. Reforzó mi creencia de que cada comunidad, independientemente de su tamaño o ubicación, tiene el potencial de ser un lugar donde la gente pueda prosperar.